Una visita rutinaria al veterinario por mal aliento se convirtió en una noticia desgarradora para la familia de Kermie. La mezcla de Lab-Beagle-Chow Chow de 11 años, b…
Una visita rutinaria al veterinario por mal aliento se convirtió en una noticia desgarradora para la familia de Kermie. A la mezcla de Lab, Beagle y Chow Chow, de 11 años, amada por Eric Ralston, uno de los principales médicos del hospital de la Marina de los EE. UU., le habían diagnosticado un carcinoma oral.El sombrío pronóstico le dio a Kermie sólo dos o tres meses de vida, dejando a su familia devastada. No sabían que Kermie tenía sus propios planes y se negó a despedirse hasta que su querido dueño regresara a casa después de su despliegue de nueve meses.
Eric Ralston había sido destinado en el extranjero en marzo, dejando atrás a su amada familia, incluida Kermie. Cuando el mal aliento de Kermie generó preocupación, la esposa de Eric la llevó al veterinario para que la examinara. El devastador diagnóstico de cáncer destrozó sus corazones, ya que Kermie había sido su primera “hija peluda” y no podían imaginar que Eric perdiera la oportunidad de volver a verla.
Con el paso del tiempo, Kermie desafió las probabilidades y siguió prosperando. Tres meses se convirtieron en varios y la esperanza comenzó a parpadear dentro de la familia Ralston. Con el despliegue de Eric llegando a su fin, se atrevieron a soñar que Kermie podría tener la oportunidad de reunirse con él.
Sin embargo, sólo 12 días antes de que Eric regresara a casa, su despliegue se extendió, frustrando sus esperanzas. Las próximas vacaciones intensificaron su preocupación, con la Navidad en el horizonte y el estado de Kermie seguía siendo incierto. Aún así, Kermie perseveró y mostró una notable voluntad de ver a Eric una vez más.
Entonces se produjo un milagro navideño. El regreso a casa de Eric llegó antes de lo esperado y Kermie estaba allí para darle la bienvenida. Adornada con un lazo rojo, salió corriendo de la casa hacia los amorosos brazos de Eric. La reunión dio nueva vida a Kermie, que había estado en su último tramo. La presencia de Eric fue un elixir mágico para ella, reavivando su apetito y entusiasmo por la vida.
Jennifer Ralston, la madre humana de Kermie, comentó: “Su regreso fue una especie de pastilla mágica para ella”. Kermie, que antes luchaba, ahora comía y bebía sin dificultad, saboreando cada momento de felicidad con Eric a su lado. . En enero, Kermie celebró su cumpleaños número 12, un testimonio de su espíritu perdurable.
Sin embargo, febrero trajo un giro a peor. Los buenos días se volvieron fugaces y la familia Ralston supo que había llegado el momento de tomar una decisión difícil. El 22 de febrero, Kermie perdió su batalla contra el cáncer, rodeada de Eric y su amada familia.
La historia de Kermie es un recordatorio conmovedor del vínculo entre los humanos y sus compañeros caninos. Muestra la increíble resiliencia y el amor inquebrantable que los perros aportan a nuestras vidas. Aunque la batalla de Kermie terminó, su legado de amor y determinación sigue vivo, recordándonos el poder del amor incondicional entre las mascotas y sus dueños.
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